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    Las compras de turistas de fuera de la Unión Europea bajan un 5% en 2018

    Cedida por Global Blue

    España continúa reduciendo sus ingresos por compras de turistas de fuera de la Unión Europea en un momento en el que la captación de este viajero de largo radio se alza como catalizador para aumentar la rentabilidad de nuestro modelo. Concretamente, su gasto cayó un 5% en 2018, según revela el Barómetro de Turismo de Compras elaborado por Global Blue, primer operador internacional de tax free.

    Los datos muestran cómo la comparativa con el año pasado –que cerró con una caída del 15% como consecuencia de que la imagen negativa que proyectó Cataluña en el exterior desplomaron el gasto en la recta final del ejercicio–, así como el tipo de cambio ayudan a suavizar el resultado global sin que estos aspectos circunstanciales encierren una mejora real del comportamiento del turismo de compras en España.

    En concreto, la caída del gasto se ha hecho notar especialmente entre dos habituales del shopping en nuestro país como son los turistas rusos y argentinos, que redujeron drásticamente su capacidad de compra en un 13% y un 21%, respectivamente, debido a la coyuntura económica que viven sus países de origen.

    De esta forma, la devaluación del rublo, que se desplomó un 17,5% frente al dólar y un 6,8% frente al euro a lo largo de 2018, redujo la capacidad adquisitiva de estos turistas, lo que explica que Barcelona, ciudad española de referencia para estos viajeros, redujera sus ingresos por compras de extracomunitarios en un 6% el año pasado.

    Esta coyuntura económica poco favorable explica también que los argentinos, que venían registrando un descenso del gasto del orden del 16%, hayan agudizado en cinco puntos la tendencia a la baja; máxime después de Argentina sufriera una recesión del 2,8% en el PIB en 2018, la cuarta más profunda del mundo, tras Venezuela, Guinea Ecuatorial y Nicaragua, según datos del Banco Mundial.

    Como suele ocurrir, las crisis no afectan por igual a todos los perfiles, pasando de lado por aquellos turistas de mayor poder adquisitivo. Así, este perfil minoritario es el que ha mantenido el sector de las joyerías y relojerías a flote (+8%); en contraste con la caída registrada por las tiendas de moda y complementos que, concentrando más de seis de cada diez euros de ingresos, retrocedieron un 7% en 2018.

    Según Global Bue, para poder invertir la tendencia en el corto plazo y contrarrestar el desinterés que causan factores como el tipo de cambio desfavorable es necesario poner en marcha una política de captación eficaz en los mercados que más contribuyen al gasto turístico per cápita, como son el asiático, entre otros.

    Este objetivo pasa por vender más y mejor la marca España lo que exige necesariamente aumentar la inversión destinada a la promoción en origen. Actualmente, España cuenta con tres oficinas de turismo en Alemania, pero solo presenta dos para un gigante como China, cuyos turistas redujeron el gasto en compras en nuestro país un 2% en 2018.

    Además, dentro de esta promoción en origen, hay que invertir sobre todo en el posicionamiento en medios digitales, que se han convertido hoy por hoy en la principal fuente de información y planificación del viaje por encima de los soportes físicos.

    A esta falta de promoción, se suma otro obstáculo de peso para colocarnos en el imaginario de estos turistas de alto valor, y es la poca agilidad para la emisión de visados. Por eso, España debe ponérselo al menos igual de fácil que los destinos competidores para no estar en desventaja. En la actualidad, el tiempo medio para tramitar un visado en los quince centros que tiene el Ejecutivo de España en territorio chino es de quince días frente al día que puede llegar tardar Francia o los tres de Italia.

    Según el director general de Global Blue España, Luis Llorca, “donde sí jugamos con ventaja es en la devolución del IVA. La entrada en vigor de la devolución digital, DIVA, obligatoria a partir del pasado 1 de enero, nos sitúa como referencia frente a competidores directos como Alemania o Reino Unido que todavía no lo tienen”.