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    Las bodegas en zonas turísticas esperan ver crecer sus visitas un 10% este verano

    Disfrutar del buen tiempo es el objetivo principal en todo verano y como cada año llega el momento de ir reservando espacio para las vacaciones. Son cada vez más los turistas que aprovechan su estancia en la playa para hacer enoturismo. Esta es la percepción de algunas de las bodegas más volcadas con el turismo enológico en zonas costeras consultadas por el portal Turismodevino.

    Si bien las cifras de visitas a bodegas son más altas en los meses de abril, mayo, septiembre y octubre, las bodegas consultadas en zonas costeras destacan el crecimiento en los meses de verano en los últimos años, así como el gran potencial de estos meses dada la gran afluencia de turistas nacionales e internacionales. Entre las razones por las que las bodegas se muestran optimistas con esta evolución se encuentra la tendencia a probar más productos locales durante las vacaciones, la búsqueda de actividades a cubierto los días en que amanece nublado, el ambiente fresco que ofrecen las propias bodegas para disfrutar de una visita o la propia necesidad de abandonar por un día la rutina de ir a la playa.

    Entre las zonas con más potencial para el enoturismo en verano Turismodevino destaca las zonas de Alicante, Rias Baixas, Cataluña con Penedès, Empordà o Priorat, y las bodegas de la costa gaditana.

    Luis Lechuga, CEO de Turismodevino, destaca la oportunidad de “escapar” de la playa que ofrece el enoturismo: “Muchas parejas se reúnen con padres y familia en zonas costeras en estos meses de verano. Una tendencia interesante consiste en dejar a los niños con los abuelos y pasar una noche en un hotel con encanto y disfrutar de gastronomía y vino en pareja, alejados de la propia rutina de las propias vacaciones”.

    Más allá de los ingresos de la visita y la posible compra para consumo durante el verano, las bodegas buscan en estos meses conectar con el consumidor. “Se trata de vincular los buenos recuerdos de las vacaciones con aquella visita a bodega y potenciar así las compras durante el resto del año. Además, no es necesario ser un experto en vino para disfrutar de una buena experiencia en torno al enoturismo. Hay que desmitificar esa creencia popular que aparta a los turistas potenciales del turismo enológico”, comenta Luis Lechuga.