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  • Gastronomía

    La Ruta de la Seda, nuevo menú degustación de Seda Club Hotel en Granada

    Su restaurante ha creado un menú gastronómico de diez pasos que une dos mundos, Oriente y Occidente, con ingredientes y sabores inspirados en aquellos intercambios culturales y culinarios que cambiaron la historia de Europa.  

     

    Seda Club Hotel, de la cadena Hidden Away Hotels, desembarcaba en 2023 en Granada para rendir un homenaje al patrimonio histórico y cultural de la Ruta de la Seda y al papel fundamental que jugó la ciudad de Granada en la misma. En este legendario camino se intercambiaron culturas, conocimientos, costumbres y, también, sabores que transformarían para siempre la historia de la gastronomía europea y que ahora el restaurante del hotel, a cargo del cocinero Rubén Castro, recoge en un menú degustación de diez pasos que viaja de Oriente a Occidente con producto local y creaciones de autor.

    El menú Ruta de la Seda comienza con dos aperitivos: un Ningo-yaki, un dulce típico japonés que rellenan de paté de pichón y cacao, y un pan chino con presa laminada, curada y ahumada y trufa. A continuación, la crema de berenjena con almendra de turrón de foie y setas de temporada lleva de Asia a Europa Central. El segundo entrante trae recuerdos de la India con un arroz de la variedad carnaroli especiado y cremoso con un pichón asado que le aporta la potencia que solo tiene la carne de caza bien tratada. El plato de pescado es una oda a la gastronomía andaluza de la que hace alarde el restaurante del Seda Club Hotel: una parpatana de atún rojo con glaseado de ibérico, un corte poco conocido del atún que, aunque suele cocinarse estofado, en esta ocasión lo preparan al vacío para conservar todo su sabor. El plato de carne vuelve a viajar con un gamo (animal autóctono de la Europa mediterránea y Asia Menor) con jugo de té negro y bergamota y mermelada de setas Shitake, como guiño, una vez más, a lo asiático.

    El despliegue de postres comienza con un prepostre que busca refrescar el paladar, un queso halloumi griego cocinado al kamado (un horno japonés) y acompañado de merengue de eneldo, pepino y lima. Entrando de lleno en los postres, la sopa de cítricos con helado de menta busca crear esos contrastes que marcan todo el menú añadiendo en contraposición el dulzor del lichi, originario del sur de China. El segundo postre recupera la intensidad de la parte central del menú con un babá al ron café montero, un bizcocho de la gastronomía francesa muy popular en Nápoles (por las invasiones del siglo XIX) acompañado de un plátano estofado en el mismo ron granadino y un helado de vainilla casero.

    Los petit fours, a base de pajaritas árabes, mochi de fruta de la pasión y mango y un filipino de gachas dulces y miel, cierran con pequeños bocados que viajan en unos minutos por medio mundo un menú vanguardista creado con elementos de proximidad y que se sirve tanto a clientes como a público en general previa reserva.

    El viaje de la ruta de la seda

    Este menú degustación redondea el homenaje que Seda Club Hotel ha querido hacer al legado de la Ruta de la Seda que funciona como motivo e hilo conductor en cada detalle de este hotel cinco estrellas gran lujo. Su nombre y su decoración están inspirados en esta histórica ruta que discurría entre China y el Mediterráneo Oriental y en la que Granada tuvo un papel fundamental al ser, a principios del siglo XV, el principal productor de seda a nivel mundial. La centenaria Alcaicería, a dos pasos del Seda Club Hotel, era el lugar donde más seda se vendía y se producía en toda España y era exportada despertando el interés de los Maharajás indios y del mismo emperador chino Wanli que mandó una delegación a la ciudad para ver esa ciudad que fabricaba una seda incluso mejor que la suya.

    El diseño de interiores del hotel, a cargo de la firma neoyorquina Rockwell Group, ha plasmado esa mezcla de culturas inspirándose en la rica historia de Granada y las influencias musulmana y británica para crear esa sensación de exclusividad de un club social de lujo a través de maderas, bronce, mármol y terciopelo. La colección privada de arte, con obras de galardonados artistas en la Bienal de Venecia también giran en torno a la Ruta de la Seda.

    Todo este legado histórico sirve de argumento a un hotel que no se desprende de la tierra que lo ha acogido y también quiere honrarla con una gastronomía de la que hace alarde en su restaurante, en el bar del lobby, en El Clandestino –un espacio de recogimiento secreto al que se accede por una puerta camuflada en la biblioteca– y en el sky lounge de la azotea sirviendo una cocina de producto de cercanía y cócteles que beben de la tradición granadina en sus propuestas de autor.             

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