Gastronomía

Entrevista con el chef Quim Casellas en Gran Hotel Turismo

Nacido en Palafrugell (Girona) hace 40 años, Quim Casellas descubrió que quería ser cocinero siendo un adolescente. Formado en las cocinas de reconocidos chefs, viajó por medio mundo pero acabó por volver a su tierra, el mágico Empordà. Allí regenta desde hace 15 años el negocio familiar, el Hotel-Restaurante Casamar en Llafranc, por el que luce una estrella Michelin desde 2011 y, desde hace unos meses, se ha hecho cargo de la dirección gastronómica del hotel de lujo La Malcontenta en Palamós. Estamos ante un chef familiar, solidario y muy exigente consigo mismo, valores que imprime en su día a día y que se reflejan en unos platos en los que los productos de la zona, sean del mar o la montaña, son los protagonistas.

–Aunque los suyo le viene de familia, ya que sus padres regentan un hotel-restaurante, ¿siempre tuvo claro que quería ser chef?

–No, mis malos resultados académicos influyeron bastante. Descubrí que quería ser cocinero al conocer al chef Joan Piqué en un stage que hice cuanto tenia 16 años en Sant Cristina d’Aro (Girona); allí me di cuenta que aquello me gustaba y marcó mi inicio como cocinero.

­–Se formó con grandes de la cocina como Arzak, Jean Luc Figueras, Fermí Puig o Carles Gaig, entre otros. ¿Qué aprendió de cada uno de ellos? ¿Tenía algún referente cuando empezó a cocinar a nivel profesional?

–Lo maravilloso de este mundo es que todos los cocineros te abren las puertas de sus casas y te sientes como en la tuya. De cada uno de ellos he aprendido cosas. Los sistemas de trabajo, la organización de cocina, el rigor, la autoexigencia, la constancia y la humildad que he podido aprender en estos restaurantes han marcado mi trayectoria profesional y han dejado huella en nuestra manera de cocinar. El referente en aquel momento era elBulli. He tenido la suerte de poder vivir este momento mágico que está atravesando la cocina de nuestro país.

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