Consulte nuestras revistas Online

  • REVISTA GRAN HOTEL PREMIOS ROCA
  • Gastronomía

    Abre el restaurante Can Bo en el Grand Hotel Central Barcelona

    El nuevo restaurante de tapas y platillos cuenta con la firma del chef Oliver Peña.

    En el número 30 de la icónica Vía Laietana de Barcelona se inaugura Can Bo, un restaurante que promete elevar el concepto de tapas y platillos tradicionales a una experiencia gastronómica singular.

    Oliver Peña y Lorenzo Cavazzoni: dos cocineros, una carta

    Bajo la visión culinaria del chef asesor Oliver Peña y el toque creativo del chef ejecutivo del Grand Hotel Central, Lorenzo Cavazzoni, Can Bo ofrece una propuesta gastronómica basada en recetas clásicas de la cocina española, incorporando sutiles guiños de influencia italiana en algunas. La carta fusiona tradición y modernidad, destacando siempre la calidad del producto.

    «Tenemos la suerte de estar rodeados de mercados locales excepcionales y, siempre que sea posible, trabajaremos con pequeños productores para ofrecer ingredientes de km 0. Nuestro compromiso es presentar lo mejor del producto local en su momento óptimo. En este sentido hemos diseñado una carta de comida honesta y sin pretensiones, cuyo único objetivo es hacer feliz a nuestros clientes», explica Oliver Peña.

    Entre los ingredientes estrella de Can Bo destacan el pollo de payés de la Cerdanya, las alcachofas de El Prat, los salmonetes de la costa de Barcelona, los mejillones y canyuts del Delta del Ebro y las fresas del Maresme, entre otros. El menú incluye tapas frías como el puerro al carbón con romesco o el salpicón de serviola con chips, y tapas calientes como la croqueta de pollo a la catalana, el roll de pulpo frito con mojo rojo o la tortilla de patatas hecha al momento. Además, los platillos ofrecen una variedad de opciones, incluyendo carne, pescado y alternativas vegetarianas, pensadas para satisfacer todos los paladares.

    «Hemos elaborado un menú de bocados clásicos y sabores fácilmente reconocibles. En algunos platos, he querido rendir homenaje a mi cultura italiana, combinando ingredientes de forma sutil y equilibrada, como en la tapa de presa ibérica tonnata, las alcachofas cacio e pepe o los raviolis plin de ossobuco», añade Lorenzo Cavazzoni.

    Para Oliver Peña, ser parte de Can Bo es mucho más que un reto profesional: «Me formé en el mundo de la alta cocina moderna y creativa, y Can Bo representa mi reencuentro con la cocina clásica. Además, es una gran ilusión formar parte de este proyecto junto a Lorenzo, un amigo y compañero con quien compartí cocina en el pasado. Me siento muy cómodo trabajando a su lado, y es un privilegio poder aportar mis 25 años de experiencia».

    Un viaje enológico en Can Bo: 150 vinos para brindar en cualquier ocasión

    Además de su gastronomía, Can Bo destaca por su énfasis en la bebida nacional por excelencia: el vino. Amador Marín, sumiller y asesor de la propuesta líquida, presenta una carta que ofrece un recorrido por diferentes zonas vinícolas, con más de 150 referencias cuidadosamente seleccionadas. La propuesta enológica es un viaje que abarca desde bodegas locales y nacionales hasta etiquetas internacionales, con especial énfasis en los vinos franceses e italianos.

    «Me gustan los vinos con carácter y mucha personalidad. Que transmitan historias a través del gusto y del olfato. En esta línea, he creado una carta centrada en vinos de mínima intervención y referencias exclusivas, como Castello Tricerchi y Roccolo Grassi. Además, ofreceremos una selección rotativa de 12 vinos por copa, ajustada a la temporada y al menú, para lograr el maridaje perfecto para cada plato», explica Amador Marín.

    Un diseño mediterráneo que combina tradición y sofisticación

    El diseño de Can Bo es obra del estudio Sagrada, reconocido por proyectos como The Arts Club en Londres, Maison Breguet en París y el hotel St. Regis en Venecia. Inspirado en la rica herencia cultural del Mediterráneo, el interiorismo del restaurante combina una paleta de tonos terracota y azul, evocando la calidez y serenidad de la región. El suelo, que homenajea la técnica catalana del trencadís, refleja el carácter artesanal del espacio, donde elementos rústicos combinan con un refinado toque de sofisticación. Grandes ventanales con vistas a la antigua muralla romana, inundan el espacio de luz natural durante el día. 

    Por la noche, una iluminación cuidadosamente pensada transforma el ambiente en un espacio íntimo y acogedor. Cada pieza de mobiliario ha sido diseñada exclusivamente para el restaurante, asegurando los más altos niveles de confort y atractivo estético. Uno de los elementos destacados es su impresionante biblioteca de vinos, que no solo adorna las paredes, sino que también añade textura y calidez al entorno, junto a libros y objetos decorativos. La barra, pieza central del diseño, sirve como punto de encuentro donde los comensales pueden disfrutar de cócteles y vinos. Además, funciona como un mostrador de cocina, permitiendo a los clientes observar cómo los chefs preparan algunos platos frente a ellos.

    Can Bo: un nombre con historia que evoca hogar y calidad

    El nombre del restaurante no solo hace referencia al apellido del propietario original del edificio, el político y mecenas Francesc Cambó, sino que también juega con las palabras catalanas «can», que evoca hogar y pertenencia, y «bo», que significa bueno. Un nombre perfectamente adecuado, ya que la experiencia en Can Bo se caracteriza por una cálida bienvenida y una sabrosa gastronomía.

    Con acceso directo desde la Vía Laietana 30 y entrada independiente al Grand Hotel Central, Can Bo abre sus puertas tanto a los huéspedes del hotel como al público en general. Ya sea para disfrutar de una comida informal, una cena íntima o simplemente una copa de vino, Can Bo se presenta como el destino ideal para los amantes de la buena gastronomía y el buen beber.

    Más noticias relacionadas aquí