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  • REVISTA GRAN HOTEL PREMIOS ROCA
  • Gastronomía

    La experiencia Sobremesa llega al restaurante Dos Cielos del Hotel Palacio de los Duques de Madrid

    La forma en la que los españoles disfrutamos de la vida es admirada en todo el mundo. Un buen ejemplo de nuestras costumbres son las sobremesas, ese momento que empieza justo después del último plato y se extiende entre postres, cafés, juegos de mesa, licores y charlas. Un momento en el que tiempo que se detiene y en el que lo que más importa son las conversaciones animadas y la buena compañía.

    El escritor y comentarista televisivo Boris Izaguirre, acompañado por la arquitecta italiana Teresa Sapey, la actriz Ana Rujas y los chefs Sergio y Javier Torres presentaron hoy en una comida con periodistas el capítulo Sobremesa, perteneciente a la serie Lecciones del Gran Vivir, proyecto con el que Gran Meliá pone en valor ese carácter español que invita ante todo a saborear lo mejor de la vida. El acto tuvo lugar en Palacio de los Duques, de Gran Meliá.

    “Lecciones del Gran Vivir son una serie de vivencias que llevaremos a los hoteles Gran Meliá de todo el mundo para mostrar nuestra cultura, valores y raíces a través de experiencias de auténtico lujo. Queremos que nuestros clientes compartan lo mejor de nuestra forma de vida”, explicó André P. Gerondeau, director general de Operaciones de Meliá Hotels International.

    La experiencia Sobremesa comenzó con la proyección de un vídeo-presentación –enmarcado dentro de la serie Lecciones del Gran Vivir con la que Gran Meliá trasladará a todos sus hoteles lo más característico de las costumbres españolas– tras el que se sirvió un aperitivo y la comida orquestada en colaboración con los dos estrellas Michelin Javier y Sergio Torres y su chef de confianza en Dos Cielos, Damián González. Cinco platos llamados a trascender en la memoria gustativa, como el aplaudido arroz meloso de lubina y pulpo seco, el sabrosísimo coquelet asado con jugo y hierbas o el postre de chocolate y azafrán, con sus distintas texturas y sorpresas. 

    Llegado el momento de la Sobremesa, entraron en escena cafés, infusiones, espirituosos y los dulces selectos, como el bizcocho de arándanos con bombones de caramelo salado, y otras delicatesen. Toda una Sobremesa de sensaciones que, sumada al savoir faire del Hotel Palacio de los Duques, potenció la placentera y confortable sensación de sentirse como en casa.